Cualquiera podría pensar (erróneamente) que esto del Aprendizaje Basado en Proyectos es una manera de darle una patada a los libros y dejar que los niños se agrupen y trabajen solos sin preocuparse mucho hacia dónde les lleva el tema mientras trabajen más o menos los contenidos. Nada más lejos de la realidad. Si en el bloque anterior del curso
#ABP_INTEF aprendíamos la importancia de presentar la pregunta guía y el proyecto final al alumnado de manera que sepan hacia dónde tienen que "remar", en este segundo bloque hemos aprendido la importancia de planificar (y evaluar) cada fase del proyecto.
Confieso que yo no sabía lo que era un
CANVAS antes de hacer este curso. Se trata en definitiva de un cuadro resumen con los aspectos y pasos que tendremos en cuenta para llevar a cabo nuestro proyecto. Volvemos a hablar de la(s) pregunta(s) guía y del producto final que queremos que hagan nuestros alumnos al final del proyecto, pero también de las competencias clave que desarrollaremos, de los estándares de aprendizaje de cada asignatura que trabajaremos, de los recursos... El enlace os llevará a la propuesta que ha hecho nuestro grupo sobre el proyecto de la alimentación.
Sin embargo, la planificación no acaba aquí. Cada fase de nuestro proyecto debe ser evaluada y ello lo tenemos que tener igualmente planeado. Esto quiere decir que esa "nota final" que tanto nos preocupa se reparte a lo largo de todas las fases que los grupos de trabajo tendrán que ir trabajando. Por ejemplo, en el proyecto que nosotros hemos propuesto hay una tarea en la que los alumnos tendrán que analizar vídeos publicitarios completando un pequeño cuestionario. Esta tarea comprende el 15% de la nota final del proyecto y nuestra herramienta de evaluación será precisamente ese cuestionario. Aquí os dejo el resto de tareas que hemos propuesto y su evaluación: https://docs.google.com/document/d/1PtFAWCNPhoPf7_XHqG-mQFxIfrNi4K3Xo_0E7ZAD7Ow/edit?usp=sharing
El diseño de la secuencia de trabajo, es decir, la organización de las fases del proyecto y su evaluación dependerá del tipo de proyecto que hayamos propuesto, pero, sin duda, las fases que nunca deben faltar en nuestro proyecto son:
- La evaluación inicial. Para saber de dónde partimos y presentar nuestro tema interesante.
- La autoevaluación o coevaluación. Para que los propios alumnos hagan autocrítica.
- La evaluación del proyecto y del docente. La que más miedo da... pero igualmente necesaria. Hay que saber si lo estamos haciendo bien y ellos son los que mejor lo saben.
¿Y cómo evaluamos? Pues tenemos un abanico bastante amplio de posibles herramientas de evaluación: dianas, diarios de aprendizaje, rúbricas... y usar varias de ellas es recomendable. A mí me ha aparecido especialmente interesante el diario de aprendizaje donde los alumnos, de manera individual o en grupo, hacen un seguimiento por escrito de sus progresos en cada fase del proyecto y también dejan constancia de sus fracasos cuando algo no sale como esperan. Reconozco que nuestro grupo se ha inclinado más por la rúbrica. Incluso hemos propuesto una rúbrica para evaluar el diario de aprendizaje, que a su vez ya es en sí mismo un mecanismo de evaluación. Pero hay que reconocerlo, el diseño de la rúbrica es muy sencillo y dota de objetividad el proceso de evaluación. Como ejemplo, aquí os dejo mi propuesta para evaluar el "Producto final" de nuestro proyecto: el desarrollo de un vídeo publicitario promocionando la comida saludable.
https://docs.google.com/document/d/1P2p-Qja4dl3vXaX9E-td-ey83KEy1HbfkA6PdZCYcSE/edit?usp=sharing